«Qué suerte la mía» es otra canción más de las cerca de trescientas que grabó y compuso José Alfredo Jiménez, considerado el mejor cantautor de música ranchera de todos los tiempos, de ahí que siga siendo «El rey» a pesar de su fallecimiento hace ya casi cincuenta años.
Relata una triste historia de amor que, según se dice de todas sus canciones, dedicaba a sus compañeras sentimentales o basaba en sus propias vivencias. Vivencias en las que su público más fiel se ve reflejado y reconoce como propias.
Este tema es uno de los siete que compuso para que fueran grabados por el actor y cantante Jorge Negrete, El Charro Cantor, otro ídolo y fenómeno cultural mexicano también prematuramente fallecido.